La Cruz de Hierro, breve historia de sus orígenes
Al contrario de la creencia popular, la Cruz de Hierro alemana no es un símbolo nazi. Sus orígenes se remontan 700 años antes de la ascensión de Hitler al poder y del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, se ha convertido en la condecoración más emblemática del ejército alemán, y por tanto, la más deseada en el coleccionismo militar.
El origen de la Cruz de Hierro se remonta a la época de las cruzadas. Está ligado a la orden Teutónica, orden medieval de carácter religioso-militar fundada durante la Tercera cruzada. Sus caballeros, para diferenciarse de otros cruzados, usaron una cruz negra sobre fondo blanco.
Esta orden se instaló en Prusia, y después de su disolución en 1806, la Cruz Negra fue adoptada por Prusia como emblema de honor y símbolo bélico. La Cruz de Hierro nació como símbolo para la condecoración a los oficiales y militares que habían luchado con honor y valor en el campo de batalla.
Condecoración militar por actos de valentía
El rey Federico Guillermo III de Prusia encargó al arquitecto Karl Friedrich Schinkel el diseño de la distinción. Schinkel concibió inicialmente la cruz totalmente negra, aunque luego le añadió el filo de plata en los bordes para que destacara mejor en los uniformes.
Las primeras condecoraciones de este tipo se otorgaron en 1813 a militares que combatieron contra las tropas de Napoleón Bonaparte en la Guerra de Liberación. Posteriormente se concedió durante la guerra Franco-prusiana de 1870. Más adelante, con el establecimiento del Reich alemán y de la Marina de guerra imperial, se marcaron las naves con este símbolo.
Después de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, la Cruz de Hierro simbolizó la resistencia del Reich y el honor en las fuerzas armadas alemanas. Se convirtió así en una suerte de emblema nacional germano.
En 1930, Adolf Hitler, quien siempre lució orgulloso en su uniforme la Cruz de Hierro de primera clase que obtuvo en 1918, restauró este emblema como distinción alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Además, continuó la tradición de otorgarla en varios grados: la de primera clase y la de segunda, la Cruz de Caballero y la más alta, la Gran Cruz.
Esta distinción militar sólo se concede en época de guerra y su popularidad alcanzó el punto más álgido durante el III Reich. Apareció adornando los uniformes de los más prestigiosos soldados y oficiales alemanes. Con variaciones en el diseño y con múltiples cambios en los criterios para su obtención, perduró como máxima condecoración hasta la segunda guerra mundial.
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