Militaria. Un término en auge. Cada vez más, el mundo del coleccionismo vive y respira todo lo que implica y engloba. Fundamentalmente, refiere a objetos militares, como su propio nombre indica, pero también policiales. Objetos y elementos que tiene interés para su colección por su importancia histórica. Además de armas, uniformes y medallas, el término militaria agrupa también otros elementos. Cascos, equipos de combate, fotografías o documentos históricos también son objetos de militaria.

Desde Acorazado Bismarck nos sentimos orgullosos de poder poner a tu alcance las mejores piezas de militaria.

militaria acorazado bismarck

«Quiero ser coleccionista de militaria y entrar a formar parte del apasionante mundo del coleccionismo militar»

Si es tu caso, estás de enhorabuena. En esta publicación del blog de Acorazado Bismarck te ofrecemos varios consejos para que seas un auténtico coleccionista de militaria. Entra con confianza en nuestro apasionante mundo, el del coleccionismo militar, conociendo los pilares y los preceptos que lo rigen.

· Vale la pena pagar más y adquirir piezas de coleccionismo militar de máxima calidad

Asegúrate de que las piezas que adquieres son de máxima calidad, aunque sean más caras. El coleccionismo militar requiere de una inversión importante, no lo olvides.

militaria

Comprar un objeto de peor calidad o estado de conservación, por ahorrarse unos euros, te impedirá darle salida en un futuro. A mayor calidad, más facilidad para darle salida.

· Marca tus límites

Esto es como comprar en unos grandes almacenes. Vas sin lista, acabas comprando lo que no necesitas, dejándote lo prioritario y gastándote más de lo que pensabas.

El dinero no es infinito. Debes establecer la cuantía que quieres invertir. Una vez lo establezcas, haz una lista de objetos que te gustaría adquirir.

· No es un gasto, sino una inversión

No te tomes el gasto en piezas como un gasto, sino como una inversión. después de un tiempo, si quieres, podrás recuperar lo desembolsado. Incluso, podrás sacarle rédito económico a la pieza o piezas en cuestión.

· Hay regalos que valen oro

No todas las piezas se compran. A lo largo de la vida de un coleccionista, puede ocurrir que un familiar o amigo tengan alguna pieza importante en casa. Puede ocurrir que, incluso, no sepan qué hacer con ella o, directamente, les moleste en casa… ¿qué mejor que esté en las manos de un auténtico coleccionista de militaria como tú?

· Mejor metal que tela

Es más seguro coleccionar objetos metálicos de militaria, como espadas, medallas, escudos, etc. Suelen soportar mejor el paso del tiempo que los objetos de tela. Aunque esto no es una regla exacta. Puede ser que un metal esté oxidado y que una pieza de uniforme permanezca perfecta.

· Discreción, paciencia y decisión

Los coleccionistas no llevan un cartel colgado al cuello que dice «soy un coleccionista». No queremos decir con ello que no puedas contar que formas parte de este mundo. Pero a menos gente lo sepa, mejor. Al menos, evitar que sepan cuando estás detrás de una pieza excepcional y más en Internet.

Por otro lado, si ves una pieza de tu interés, no te tires a la piscina comprándola por lo que te piden. Paciencia. Pero también, a la vez, debes saber que hay ocasiones que debes dejar la paciencia a un lado y ser decidido. Hay oportunidades que solo pasan una vez y no las puedes dejar escapar.

· Mente fría

Como dice un afamado personaje de la televisión española, «menteee fríaaa». Este consejo va en la línea del anterior. El primer precio que te ofrecen siempre (siempre, siempre) hay que ponerlo en cuestión. Analiza bien la pieza, cuáles son sus taras o imperfecciones, observa su estado de conservación. Eso te permitirá recortar en el precio que pagues finalmente.

 

· Un tipo de objeto, máximo tres

Dentro de la militaria, digamos, hay unos subcampos del coleccionismo militar: condecoraciones, armas (dentro de ellas de tal o cual época), uniformes. Cada uno es un sector especializado. Céntrate en un tipo de objeto. Si quieres coleccionar más tipos, elige máximo tres. En el futuro, podrás expandir tu colección hacia otros tipos. La vida son dos días, pero la vida del coleccionista es larga. No hay prisa.

· Leer, leer y leer

Si crees que esto del coleccionismo va de gente de mucho dinero coleccionando cosas bonitas sin saber qué son, estás equivocado. Más bien va de amantes de la historia que adquieren pruebas materiales que son testigo de acontecimientos fundamentales de nuestro pasado.

franco y hitler

No puedes ser coleccionista de algo sin conocer ese algo en profundidad. Lee. Lee mucho. Estudia, a través de los libros y de artículos académicos, la relevancia real de aquello que coleccionas.

· Entra en contacto con otros coleccionistas

También te ayudará entrar en las páginas web de otros coleccionistas, visitar museos militares, acudir a ferias de coleccionismo, subastas y anticuarios, etc. Es importante que, si ya eres uno de los nuestros, conozcas a los nuestros y te empapes de su experiencia y su conocimiento.

Puedes también acceder a subastas online como las que te ofrecemos en la página de Acorazado Bismarck en Catawiki.

· ¿Eres restaurador o tienes conocimientos de restauración? Cuenta con profesionales especializados

Las piezas antiguas requieren de un proceso de restauración, en algunas ocasiones. El propietario anterior puede no tenerla en condiciones óptimas, algo que abaratará su coste. Sin embargo, te obligará a restaurarlo tú mismo. Esto requiere de ciertos conocimientos y habilidades. Conocimientos como la limpieza del acero, la seda, el cuero u otros materiales que, aunque parezca fácil, no lo es. Cuenta con un profesional especializado.

· Ya tienes una colección considerable… ¿dónde la vas a exhibir?

Lo mejor de una colección y donde más puedes poner tu toque personal es a la hora de exhibir las piezas. Decidir cómo mostrar tu colección, cómo resaltar la importancia de sus piezas o cómo relatar la historia que atestiguan es tan apasionante como adquirirlas. Hay muchas opciones: desde dedicar una habitación entera en tu casa, a modo de pequeño museo, hasta muebles clasificadores o vitrinas en zonas comunes de la casa.

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