Cualquiera que sea dueño de una pieza de coleccionismo debería estar interesado en su correcto cuidado y conservación. Desde Acorazado Bismarck queremos daros algunos consejos básicos para conservar correctamente vuestras piezas y que duren muchos años:

La Luz: La luz es un factor de riesgo capaz de desencadenar cambios físicos y químicos en las obras de arte muy graves, debido a la irreversibilidad de esos cambios, especialmente en los orgánicos. Aunque cualquier luz mínimamente fuerte es perjudicial, la luz solar directa y la luz diurna son las más dañinas, ya que son las que más radiación ultravioleta contienen. Nunca subestime los niveles de iluminación en los ambientes de la vida cotidiana o en el trabajo. Son varios los aspectos que hay que controlar respecto a la iluminación pero, sobre todo, la intensidad de la luz y la composición de las radiaciones. La iluminancia mide la incidencia de la luz sobre una superficie, su unidad es el lux y el instrumento utilizado para su medición es el luxómetro.guantes para coleccion

La Temperatura y Humedad: Los cambios bruscos de temperatura y humedad relativa implican la degradación física y química de los materiales orgánicos y de algunos sintéticos. Mantener estos dos parámetros en unas condiciones estables es fundamental a la hora de garantizar la adecuada conservación de una pieza. Los parámetros considerados de referencia se encuentran entre 18-20º C y alrededor de 50% de humedad relativa, aunque hay piezas realizadas en metal que requieren de una humedad relativa más baja (30%). A partir de 25° C de temperatura y 60% de humedad relativa se incrementa la oxidación de la plata en positivos y negativos fotográficos, así como el amarillamiento y la oxidación de las obras realizadas en papel volviéndose quebradizos. Para establecer los niveles finales hay que tener en cuenta el tipo de piezas, su estado de conservación, la vida que han llevado a lo largo del tiempo y, en el caso, de colecciones privadas hay que tratar de hacer compatibles estos requerimientos a la necesidad de unos determinados niveles de confort humano. Una solución podría ser dedicar una estancia de la casa, solamente, a albergar, por lo menos, las piezas más delicadas; así, se podrían establecer unos parámetros ambientales más acordes con las necesidades de las mismas.

La Contaminación: La contaminación es otro factor de importancia, pues el aire contiene sustancias que provocan reacciones químicas corrosivas y de oxidación de los materiales. Los microorganismos o esporas y el polvo del ambiente se adhieren a las superficies de las piezas. También es importante la limpieza periódica de las pìezas de coleccionismo para eliminar esos depósitos de polvo, pero sin frotar, con un simple plumero o un trapo suave.

La Seguridad: El riesgo de incendio, inundación o robo, es algo no tan probable, pero en lo que toda persona que disponga de una colección de cierta envergadura debe de pensar y planificar. Acciones que van desde realizar un plan de evacuación adecuado a la colección y a la estructura del edificio que la alberga; la colocación de detectores de incendios; sistemas de extinción, el mejor es el de agua nebulizada que no llega a empapar las piezas, o disponer de al menos un extintor de CO2, aunque el más recomendable es un extintor de gas denominado Novec 1230 de la casa 3M. camara fotografica coleccionismo

Evitar accidentes: Un manejo poco cuidadoso y un empaquetado inadecuado para el transporte son los responsables de gran parte de los deterioros evitables. Por todo ello, la manipulación de los objetos debe realizarse con sumo cuidado y utilizar siempre guantes de látex o algodón, por ejemplo, ya que así evitamos dejar nuestras huellas marcadas además de no transmitir sustancias grasas y microorganismos presentes en nuestra piel.

Fotografía y documentación: Documentar las piezas de una colección es de la máxima importancia, primero por cuestiones de seguridad y en segundo lugar por hacer un buen seguimiento de su estado y reflejar cualquier tratamiento de conservación o restauración que hayan podido sufrir en el pasado. Toda pieza de una colección particular debe ser fotografiada, preferiblemente a color, aunque como las fotografías a color se decoloran y sufren cambios cromáticos, los museos suelen fotografiar sus colecciones también en blanco y negro. Estas fotografías cambian menos y las alteraciones en el estado de las piezas se detectan mejor.

 

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