El anillo de honor de las SS como distinción privada, otorgado por la fidelidad y dedicación a su nación.
Este anillo no era una simple insignia que se pudiera conseguir por méritos, este anillo lo entregaba personalmente Heinrich Himmler, miembro destacado del partido Nazi, cuando creía que el servicio prestado era meritorio.
Heinrich Himmler
En un principio este anillo solo se otorgó a los oficiales superiores de la Vieja Guardia, alrededor de 3000 anillos.
Todos ellos habían demostrado su habilidad como líderes y su valor en la batalla política y luchas callejeras.
A partir de 1939, este anillo de honor, empezó a otorgarse también a todos aquellos que hubieran mostrado su fidelidad y dedicación durante un mínimo de 3 años en las SS y en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo en las SS a la Gestapo (policía secreta de la Alemania Nazi) y las Waffen-SS (cuerpo de combate de élite).
El diseño del anillo reflejaba el gusto de Himmler por el misticismo germánico. Era un anillo de plata hecho a través de moldeo a la cera perdida.
En su parte frontal aparecía una calavera sobre dos tibias, símbolo que utilizaban las SS en las antiguas unidades militares prusianas.
Contaba también con unos signos rúnicos que representaban el poder del sol y la energía, la fe, el poder de la esvástica como símbolo influyente y superior a la raza aria y el poder de la salvación.
Anillo con simbología rúnica
En su interior cada anillo iba grabado con las iniciales “S Lb” (a su apreciado) seguido del apellido de su futuro portador y el nombre de Himmler como responsable y por último la fecha de entrega de este anillo.
Quedaría por ejemplo así, “S Lb Meier H. Himmler 1.11.43” que significaría “A su apreciado Meier de H. Himmler, 1 de noviembre de 1943”.
Inscripción anillo
Inscripción anillo
Cuando algún miembro de las SS recibía este anillo debían saber que llegaría el día en el que en cualquier momento deben estar dispuestos a sacrificar su vida para salvar la de la totalidad.
Todos los anillos debían ser devueltos a Himmler, por lo tanto si alguno de los poseedores caía en combate, debían recuperar el anillo para evitar que cayese en manos enemigas.
En un principio todos los anillos eran guardados en el Castillo de Wewelsburg, pero hacia 1945 eran tantos los anillos entregados y tantas las muertes, que hasta el final de la guerra, todos los anillos se enterraban con su portador.
El destino de estos anillos no se sabe con certeza, pero se hace saber que todos los anillos fueron enterrados para evitar que acabasen en manos enemigas.
